(44 Avis)
Tan buena experiencia que le daría 10 estrellas si las hubiera.
El hotel está al lado de la entrada a la muralla, ubicación inmejorable. Parquing abierto pero tranquilo en las inmediaciones.
La dueña es un amor, detallista, cariñosa, un verdadero cielo, atenta a todo lo que necesites pero con ese bien saber hacer que no agobia pero te sientes mimado.
Nada mas llegar nos ofreció una botella de agua fria a cada uno.
Las habitaciones espectaculares de bonitas, limpias, todo coordinado con un gusto exquisito. Teniamos la naranja y la verde, hasta las toallas y las sabanas coordinadas con el color de la habitación. Son amplísimas, tambien los baños. Las camas muy grandes y las almohadas muy cómodas. En cada habitación hay un calentador de agua y servicios de té de cortesía.
Llevábamos nuestra propia cena y la dueña no solo nos ofreció la terraza sino que nos puso agua fresca.
El desayuno una delicia! Bollería recien hecha y de una calidad extraordinaria.
Podría pasarme horas dándole las gracias por tan exquisita atencion. Mil gracias de todo corazón por tu hospitalidad y buen hacer....